COVADONGA
 

VENANCIO GARCÍA DÍAZ

"EL PASTOR PEREGRINO"
No en el río Tormes como Lazarillo, sino en el río Luna. A su vera nació, junto a él culminó su vida de entrega sacerdotal y de nuevo junto al mismo río volvió a su pueblo natal para in pulverem revertere.
Nació a mediados de agosto de 1940 en Mataluenga (Mata Longa), a orillas del Río Luna en su conjunción con el río Omaña que da lugar al río Órbigo. Yo nací unos 20 kilómetros más arriba a orillas también del río Luna (Vega  de Caballeros). Ambos pueblos pertenecieron durante mucho tiempo al Conde  de Luna (otra vez el río) a quien había que pagar tributos. Además había
diezmos para el Monasterio de Monjas cistercienses de Otero de las  Dueñas.
Aunque no lo recuerdo, posiblemente nos examinamos para Ingreso en el Seminario de Oviedo el mismo día (recuerdo a D. Ramón Iglesias, ya difunto) junto con otros compañeros de la provincia de León que pertenecíamos a la diócesis de Oviedo (Comarcas de Babia, Luna, Omañas y  Benavente)  El examen de ingreso fue en el Seminario de León. Por allí  anduvimos perdidos unos cuantos niños de unos 12 años. Cuando volví a mi  pueblo había una tormenta tremenda y el río Luna desbordado por las  vegas contiguas. No nos tocó la preparación con D. Abel, El Párroco de  Otero de las Dueñas, en cuya preceptoría pocos años antes se preparaban  hasta cuarto de latín los  niños de la zona que ingresaban después en el  Seminario de Oviedo (Los Viñayo, Bardón, Manolín, César, mi hermano y  tantos más).
Juntos pasamos los dos primeros años de Seminario en Covadonga con otros  compañeros de León (Manuelo, Blas, Melecio, Aguado, Secundino Ordóñez, Jesús Campazas, Juan Guerra, Santiago Morán, Robla, Abilio..).
Cursamos tercero y cuarto de latín en Oviedo. Con otros muchos  compañeros de León (que pertenecieron a la diócesis de Asturias) se fue  a esa ciudad para estudiar 5º de latín (unos pocos leoneses de  nacimiento nos quedamos en Oviedo). Se ordenó de sacerdote en 1964 en  León, como lo hicieron en La Felguera, en marzo, el resto de compañeros de Covadonga (algunos de Oviedo se ordenaron en Oviedo en el verano y dos lo hicimos en León en el Congreso Eucarístico Nacional (por estar  estudiando en Salamanca).
Su primer encargo parroquial fue en Fuentes de Peñacorada cerca de Cistierna. Después estuvo de 10 a 12 años en Prioro y Tejerina (algún tiempo se encargó también de Morgovrejo). Allí llegó a ser un verdadero cura obrero; comenzó llevando enfermos y sanos a la ciudad por puro amor al prójimo necesitado. Con el tiempo llegó a ser "taxista oficial" del  lugar.
Lo trasladaron a Villanueva de Carrizo, de Párroco (encargado también de  Azadón, Cimanes y Secarejo). Allí estuvo más de 20 años, siendo al  mismo tiempo Profesor del Instituto de E. Secundaria de la localidad. Se jubilaba el 31 de agosto de 2004 de la enseñanza en el Instituto (apareció en el BOE de Castilla y León). No llegó a disfrutar de la jubilación puesto que murió un sábado de marzo de 2004, en Carrizo de la Ribera, donde vivía con su hermana, viuda. Pocos días antes de su muerte lo visitaron Ceferino, Custodio, Artemio y Marino.
En todos los pueblos por los que pasó dejó impronta de su buen hacer y de su celo sacerdotal así como de su dedicación a la enseñanza de los  jóvenes estudiantes. Estaba muy relacionado con todos sus feligreses como lo demuestra el que Organizase durante todos estos años multitud  de excursiones y viajes de peregrinación a Lourdes (unos 16 como mínimo), Santiago, Sevilla. De ahí que le llame el Pastor peregrino.
A su entierro (donde por exceso de celo del cura de aquel año en Mataluenga no se celebró una misa sino una celebración de la palabra por ser Domingo) acudieron multitud de sacerdotes de la diócesis de León y unos cuantos compañeros de la de Oviedo, quienes todavía le habíamos  visto ese año en marzo en la reunión de compañeros que habíamos empezado  en Covadonga en 1952.
Nosostros te recordamos presidiendo la Eucaristía en algunas de las reuniones de curso pocos años antes de tu muerte. Notábase en ti la  dicha al celebrar la eucaristía así como la alegría de encontrar a los viejos amigos de la infancia en Covadonga.


Cayo González Gutiérrez