COVADONGA
 

Qué es Covadonga?                           Reflexión Inicial

Por Silverio Cerra Suárez
¿Qué es Covadonga? La respuesta no es fácil ni sencilla, pues se refiere a un santuario con muchos siglos de existencia, situado, además, en un espacio natural con elementos únicos. Es un riquísimo paisaje tejido por incontables hilos de color. Es una cueva increíble tallada por la naturaleza en el cóncavo murallón del Auseva. Es una batalla decisiva para el destino de la civilización occidental. Es un lugar sagrado donde se venera a la Madre del Señor. Es una vieja historia que se acerca a los mil trescientos años. Es un símbolo de unidad donde confluye la inmensa mayoría de los asturianos. Es parroquia con unos vecinos que, desde tiempo inmemorial, viven y trabajan en su entorno.
Covadonga es actualmente un foco que genera y nutre actividades sin fin, no sólo en el ámbito íntimo, personal y religioso, sino también en las amplias esferas de la cultura, la economía y el turismo. También ha designado infinidad de entidades que la adoptaron como denominación desde colegios a tiendas, desde barcos a hospitales, desde calles a revistas, desde congre­gaciones devotas a edificios, desde fábricas a libros, desde grupos deporti­vos a parroquias. Y una grata melodía resuena al pronunciarla como nombre propio ante miles de mujeres.
Covadonga es hoy imán que atrae multitudes. No solamente los na­cidos en Asturias, cercanos en la propia tierra o lejanos en la emigración, vibran ante la Santina. El rápido transporte actual trae oleadas fervientes desde todos los rincones de España y, con creciente frecuencia, peregrinos de lejanos países. Las motivaciones son variadas. La principal es la religiosa, porque María es la Madre del Señor e intercesora universal. También cuenta la identidad personal y social, pues acudimos a un lugar donde se defendió y triunfó, no sólo la fe de nuestros padres, sino también nuestra cultura de libertad y dignidad del hombre. Aparte de estos motivos más ideales y eleva­dos, actualmente, otros motivos más sencillos y particulares pueden impul­sar la subida hacia el Santuario, como la curiosidad de quien busca conocer lugares nuevos, el simple deseo de viajar o el gusto por los paisajes bellos. Todo justifica y hará grata su visita.
En el sentido político, aquí nació España como un "reino nuevo con un rey nuevo", en frase del filósofo e historiador árabe Ibn Jaldún. Aquí también tiene su raíz la monarquía española, que mantiene la línea sucesoria desde Pelayo hasta Juan Carlos I, caso único en Europa. Esto destaca la frase que el rey Alfonso XIII pronunció en 1918, durante la coronación de la Virgen: "Vamos a hacer algo único en el mundo: unir el arte de la naturaleza a la religión y a la historia, en el lugar del nacimiento de una nación". Años después, el gran montañero José Ramón Lueje cinceló esta definición del Santuario: "La más alta y esclarecida afirmación del paisaje, de la historia y de la fe".
La importancia afectiva, religiosa y social de Covadonga ha sido re­conocida siempre. Sin embargo, el conocimiento adecuado de su importan­cia, pretérita y presente, ha sido y es bastante escaso. En los siglos ante­riores al XX sufrió etapas de oscuridad y abandono. Tampoco actualmente está logrando difundir una comprensión justa de su realidad en el grado que sería conveniente. Son frecuentes las expresiones retóricas o emotivas que exaltan con pasión el papel de la batalla o la figura maternal de la Virgen, pero este sentimiento debería profundizarse. Por otra parte, las guías al uso reducen su contenido a un breve y parcial relato histórico, sobrecargado de fotografías, y deberían enriquecer la información para que un conocimiento mejor ayudase a percibir la hondura que encierra cada ilustración.
Se hacen necesarios estudios, sencillos y cercanos, que clarifiquen su apasionante historia y sus dimensiones esenciales, con los significados que sostienen todo desde la raíz. Este objetivo nunca se logrará con perfec­ción. En efecto, el tiempo anterior ha dejado documentos valiosos, pero muy escasos y sometidos a variadas interpretaciones. Por otra parte, su estado presente ofrece tal dinamismo y variedad que es difícil encerrarlo dentro de unos párrafos escritos. Algo parecido sucede con las pinturas y los retratos. Nunca recogen la totalidad de su objeto, pero ofrecen aspectos útiles para comprender mejor aquello que representan.
Siempre será interesante acometer tal empresa con este Santuario, referencia vital para muchos de nosotros. Sería preciso captar sus dimensiones reales desde el entorno natural que lo sustenta y envuelve desde sus raíces originales, subiendo por el tronco de su desarrollo temporal y volando por las floridas ramas de arte, cultura y religión que revisten su rostro actual. Desde el interior profundo de esta preciosa maravilla brotan mensajes como la fortaleza de la fe cristiana, la energía de una permanencia milenaria y la suerte de poseer un foco de sentido e identidad, tanto personal como regio­nal o nacional.