PROPUESTAS DE MANUEL SUÁREZ PARA REVITALIZAR COVADONGADIGITAL.ES Sugerencia para ampliar la participación de más personas en la Revista 1.- Extender la participación a otros compañeros de otros cursos 2.- Comentario de fotografías 1.- Considero que podríamos implicar en la “supervivencia” de la revista de Covadonga no sólo a los miembros de la promoción de 1952, sino también a compañeros de otras promociones, que empezaron sus estudios en el Seminario de Covadonga (en especial a los que mantienen reuniones como las que nuestro grupo lleva a cabo). Sería interesante incorporar a compañeros que pertenecen a cursos que pasaron, durante los años de Filosofía y Teología, los casi dos meses de verano de estancia obligatoria en Covadonga. Si echamos mano de la estadística, aún son muchos los sacerdotes en activo, o en situación de recién jubilados, que podrían contarnos muchas cosas, tanto respecto a los recuerdos de su estancia en Covadonga, como en relación con el significado que la Santina y el santuario han tenido en su itinerario personal y pastoral. En principio, no creo que sea excesivo el trabajo de ponerse en contacto con estos sacerdotes (que a su vez pueden relacionarse con otros compañeros que abandonaron los estudios eclesiásticos), y animarles a que envíen artículos, comentarios y, en especial, fotografías…. También sería interesante el envío de escritos de periódicos, revistas, hojas parroquiales u otras publicaciones, en relación con las actividades litúrgicas (historias, homilías, poesías, anécdotas, reseñas de fiestas, peregrinaciones, excursiones etc.) que han realizado a lo largo de su vida pastoral. Me parece que el intento de recopilar fotografías es quizás el método más sencillo y propicio para que la revista siga publicándose. Todos sabemos que ponerse a escribir, aunque se trate de un artículo sencillo, no es tarea fácil. Hay varias razones que confirman esta apreciación. Por un lado, muchos no estamos acostumbrados a plasmar por escrito nuestros recuerdos, pensamientos, sentimientos... (En el Seminario no se fomentaba demasiado esta afición). Por otro, se tiene miedo a cometer errores, ya que la sentencia “las palabras vuelan y los escritos permanecen” impone demasiado respeto. Quizás habría que añadir otra: la pereza nos va dominando con los años. En fin, la realidad es que a Cayo se le hace muy difícil el reto de sacar una revista al año, pues se encuentra cada vez más solo. Me parece que el recurrir a fotografías, con unos mínimos (o más extensos) comentarios, facilitaría el mantenimiento de este proyecto que, en principio, todos consideramos atractivo e interesante. 2.- En esta línea de sugerencia, pero un poco más amplia, pregunto: ¿sería un sueño vano pensar que la revista sirviera de soporte y vehículo para recopilar, en sucesivos números, sencillas historias de la Iglesia asturiana desde los años 40 hasta nuestros días, recogiendo y sacando a la luz fotografías que están destinadas al fuego o al olvido? Estamos a tiempo para promover que estas fotografías puedan ser comentadas por los mismos protagonistas que las han hecho, o que aparecen en ellas. Esa circunstancia se da una vez en la vida de una fotografía; cuando se mueran los protagonistas, se habrá perdido la oportunidad de conocer el momento concreto y su contexto, así como el significado real de la misma; sólo quedarán las interpretaciones de aficionados o especialistas, en el supuesto de que tengan la suerte de encontrarla. Una fotografía, que se esconde en un cajón o carpeta, y que ni el mismo protagonista vuelve a mirar, pasa a formar parte de “el olvido que seremos”. Como comienzo para esta sección de fotografías comentadas: (FALTA FOTO DE MANOLO CON SU MADRE EN COVADONGA.1953) (ESTÁ EN EL CD ENVIADO POR LUIS Y CEFERINO: Covadonga 1952-2002. Ha sido imposible subirla aquí).Pero la propuesta sirve: Cada uno puede enviar fotos y comentarlas (lugar, fecha, quiénes están en la foto, ocasión, comentario...) “Este seminarista, estirado y disfrazado, más que revestido, con el traje talar: alzacuello, fajín y sotana, se llama Manuel Suárez González. Fue tomada, a comienzos del curso 1953-54, delante del Seminario Menor de Covadonga. Se aprecia que cursa segundo de Latinos, pues la sotana aparece como mal recortada, dejando las canillas al aire. Acompaña a su madre, Ana González Fidalgo, que se había apuntado a hacer unos ejercicios espirituales, ofrecidos a madres de seminaristas Si ofrezco esta foto, es para rendir un recuerdo-homenaje a las madres de los seminaristas, sacrificadas y entregadas sin descanso para que sus hijos pudiéramos estudiar. Este viaje y estancia de ocho días en Covadonga significó mucho en la vida de mi madre; y representó varias primeras cosas en su vida. Fue su primera y única visita a Covadonga; una aspiración que sentían muchos asturianos de la época. Fue también la primera ocasión que salía varios días de la aldea, que no fuera para trabajar. En cierto sentido, fueron como unas vacaciones especiales; (tampoco disfrutó de muchas). Es verdad que, durante estos ocho días, estas madres debían escuchar largas pláticas, cansinas meditaciones y tediosos sermones (este trabajo lo soportaban con más paciencia que muchos de nosotros); pero, al menos, no tenían que cocinar, limpiar, fregar, lavar, y hacer otros muchos trabajos, “propios” de la mujer campesina, en aquellos tiempos. Fueron también sus primeros -y únicos- ejercicios espirituales; en más de una ocasión, me dijo que le hubiera gustado repetir. Y es la única fotografía que he sacado con ella en el Seminario. Como se ve, mi madre refleja un estado de bienestar real y felicidad contenida. Presume con orgullo de su hijo; y sueña que, en pocos años, será un cura de verdad”. Manuel Suárez González